lunes, 12 de febrero de 2024
Padre nuestro
lunes, 17 de julio de 2023
zambita cordobeza
Quisiera sentarme sólo
en silencio a escuchar
a las piegras del arroyo
con los pejes conversar
bajan aguas de las lluvias
saludando al montañés
conversando con las aves
con acento cordobés
la tierra tiene un idioma
en que a todos les conversa
sólo que nadie lo escucha
o tal vez, no lo interpreta
sólo la entiende el paisano
que tiene alma ´e poeta
a veces la pacha habla
con acento muy dolido
pa pedirle al ser humano
que no la eche al olvido
tratame bien, soy tu madre
ya no juegues con tu suerte
el dinero no da nada
matarme a mi es tu muerte
domingo, 28 de mayo de 2023
EL FETICHE DE LA POESÍA
Detrás de cada poema hay escondido mil sentimientos. Pensamientos y realidades que superan al poeta.
Esta madrugada me despertó la calandria y decidí levantarme a escribirle un poema de agradecimiento. Tomé un papel y lo puse sobre la mesa y comencé a escribir: “que dulce y alegre es tu canto...” inmediatamente después mi mente divagó y se puso a pensar en el papel ecológico que recibía mis palabras. Papel hecho con los restos de la caña de azúcar que en lugar de tirarlo, con el hacen papel.
¡qué interesante!, pensé. En mi poema a la calandria, hay escondida toda una plantación de cañas de azúcar. Cañas que fueron exprimidas y exprimidas y cuando ya no le pudieron sacar mas jugo, la hicieron papel. Igual que a los trabajadores del cañaveral, lo exprimen, lo exprimen y cuando a fin de mes no tienen más jugo le dan como salario una limosna que no le alcanza para salir de la pobreza.
Están todas las noches oscuras de Ledesma que en complicidad genocida apagaba las luces para que no vean a los cobardes secuestradores.
En este papel donde pensaba dedicarte un poema, calandria, hay torturas, desaparecidos, muertos, hombres que lucharon pelando cañas para endulzar la vida de otros haciendo amarga la suya.
El canto de la calandria se ha puesto triste. Pero nunca, NUNCA fue tan esclarecedor…. y revolucionario
lunes, 15 de mayo de 2023
CUENTO DEL VERDUGO
Con sus manos atadas a la espalda, subió los escalones hasta el cadalso. Ese gran escenario preparado en la plaza para la ejecución de los herejes. Mucha gente se había juntado a ver el espectáculo: a Archibald le cortarían la cabeza.
Dos pecados había cometido: luchar contra el feudalismo que estaba en total decadencia, y haberlo hecho desde la naciente reforma protestante.
Cuando lo apresaron un compañero en retirada gritó: “¡Sangre por sangre!” Pero Archibald, que había hecho de su ideología una extraña síntesis de revolución y pacifismo cristiano, pidió a los gritos que no tomaran venganza.
Los golpes y puñetazos recibidos, no pudieron quitar del rostro de Archibald la sonrisa triunfante. Sabía que su muerte no era en vano, que muchos de los presentes que lo insultaban, se irían de la plaza marcados por su actitud. Tal vez cambiarían. Seguro muchos se sumarían a su lucha contra el feudalismo esclavista.
A pesar de sus reclamos, le pusieron una bolsa en la cabeza. El no quería, quería que lo vieran morir sonriendo. El verdugo no se lo permitió. Se arrodilló, puso su cabeza en aquel tronco oscurecido por sangres pasadas y espero cantando un himno a un Dios que tal vez no acudiría.
Sintió un golpe en la nuca, no sintió dolor, pensó que era el amague del verdugo antes del hachazo que se tardaba en venir. De pronto todas las voces de la plaza callaron. El esperó unos segundos eternos y se levantó, caminó unos pazos, se dio vuelta y vio a su verdugo muerto con su propia hacha clavada en la cabeza, tirado abajo del cadalso donde la gente ya no estaba.
Bajó, pensó que sus compañeros habían tomado las armas, llegó al lado de su verdugo, elevó una plegaria, bajó la vista y vio que entre sus brazos apretaba una bolsa como queriendo guardar un tesoro. Cuando Árchibald la abrió se llenó de terror al comprender que la bolsa del verdugo, contenía su cabeza.
Claudio Cruces Mayo de 2023
MARIONETA
La casa era antigua y bastante descuidada. Pero mostraba resabios de su orgulloso pasado. Todo el pueblo la conocía como “la casa del inventor”. Es que allí vivía aquel hombre solitario con mañas de creador. Aunque sus inventos y creaciones eran totalmente dedicada a los niños. Juguetes de todo tipo adornaban la sala de estar, el comedor y el jardín.
Había inventado varias cosas, algunas inservibles, como el barrilete invisible. Otras graciosas, como la pelota que le sacaba la lengua al arquero cuando era vencido. Pero lo que lo había hecho famoso era la muñeca que le regaló a su hija; una muñeca de cerámica a la cual había puesto un mecanismo que, al tirarle de un hilo en la espalda, la pepona cobraba vida y se ponía a bailar. Pero lo más llamativo era que él a su hija le había hecho creer que el movimiento de la muñeca era la respuesta a su canto. Así que el inventor, tiraba del hilo sin que ella lo note y se ponía a cantar. La muñeca se ponía en pie y feliz bailaba al compás del canto del viejo. Claro es que cuando el hilo comenzaba a agotarse, nuestro inventor tenía que hacer más lento su canto para acompañar a la muñeca que iba perdiendo velocidad.
Pasaron muchos años y la mecánica se fue perfeccionando. De hecho, en esa época no existía la pila, por eso el mecanismo. Pero se inventaron los diarios, la radio, la televisión, el internet, las redes sociales y han logrado que toda, o casi toda la sociedad se convierta en marioneta. Marionetas sin hilos que, ahora si, bailan al compás de su creador. Cuando el poder canta, las muñecas bailan. Cuando los creadores dicen “a trabajar”, las marionetas trabajan para ellos. Cuando dicen pobreza, se enorgullecen de ser pobres, cuando dicen hambre, bailan la danza de la desnutrición. Todo con una gran sonrisa. Todo con la alegría de bailar para quien canta.
marzo 2023
lunes, 19 de diciembre de 2022
contradicción poética
Contradicción del poeta:
Amar el silencio y tener que decirlo en palabras
busco desde hace años
la palabra que me hable del silencio.
La nota musical que lo exalte
busco el momento que ya no necesite palabras
que pueda decir mi poesía sin emitir un sonido
la mas grande poesía
aquella que no se nombra
pero que todos escuchan
la poesía de la noche, el canto de la piedra
la que nombra la palabra que nadie conoce: el nombre de Dios
la que está escondida en mi guitarra,
en el patio de mi casa
en el vino de un amigo
en el cuerpo de mi amada
Contradicción del poeta:
Amar el silencio y tener que decirlo en palabras
martes, 12 de julio de 2022
LA MUERTE DE JULIÁN
Como todas las
tardes, el Club era una romería. Todo el pueblo se reunía después de trabajar
para jugar al truco, a las bochas, mirar el partido en la televisión y tomar
alguna que otra copa. La gente entraba y salía sin ser notada. Sin embargo,
cuando él entró, unos segundos de silencio se hicieron eternos. 15 años había
durado su ausencia. 15 años de reclusión en la penitenciaría de Sierra Chica.
Algunos paisanos
se acercaron a darle la bienvenida, algunos le convidaron una copa, placer que
le había sido vedado por 15 años. Le contaron que su casa natal había sido
rematada por la justicia después del incidente de aquella fatídica tarde.
El invierno cierra
temprano sus puertas y los parroquianos comenzaron a irse para sus casas. El
pobre iba quedando sin saber dónde pasaría la noche. Muchos amigos, pero ¿quién
se llevaría a un asesino a sangre fría a pasar la noche con su familia? Así fue
que Julio, pidió dos botellas fiadas y lo invitó a su humilde rancho.
Comieron lo que
la pobreza le permitió a Julio ofrecer, tomaron unos vinos y Machete, con la
boca suelta comenzó a hablar:
Cuando mi padre
murió mi madre tuvo que hacerse cargo de mi, y de mis cinco hermanos. Lavaba, planchaba
y hacía lo que podía. Hizo lo necesario, hasta esas cosas que la gente
considera inmoral. Hombres que abusaban de la infortuna de nuestra familia
cambiando la moral de mi madre por unas pocas monedas y luego la condenaban y
difamaban.
Desde chico iba
al club y escuchaba palabras que no entendía, pero no me gustaban: -envido,
falta envido, quiero 33,te gané de mano. La mano que le metí a la madre de
Machete…. Y todo el mundo reía… Jugaban a las bochas y el mismo infeliz
gritaba: le arrimé el bochín como a la mamá de Machete…. No grités, que no sos
Juana……. Y así fui acumulando bronca aunque nunca pretendí venganza.
Pero el destino
tiene caminos que son extraños para nosotros y fue esa tarde, la del campeonato
de trucos que esperaban a Jacinto, y Jacinto no aparecía. Cuando la gente
empezó a preocuparse el comisario lo mandó a buscar. Yo, que estaba acodado al
mostrador tomando una gaseosa le dije:
-
“está
en su rancho”
-
¿vos
lo viste machete?
-
Vengo
de allá
-
¿y te
dijo si se iba a demorar?
-
Cuando
llegué se estaba afeitando, lo llamé para no dispararle por la espalda y cuando
se dio vuelta lo maté. Ya no podrá más difamar a mi madre.
El comisario
sonrió y salió a corroborar lo dicho. Yo terminé mi gaseosa. Nadie me detuvo
hasta la vuelta del comisario.
-
¿sabés
que te tengo que llevar preso?
-
Vamos,
le dije.
-
Tomate
otra gaseosa que yo pago, vas a pasar un tiempo largo sin poder acodarte al
estaño.
El comisario se
fue, yo terminé mi bebida y me presenté en el destacamento. 15 años han pasado,
15 años.