Había una vez, un esbelto príncipe que por su soberbia fue
hechizado y se convirtió en sapo. La bruja que hizo el hechizo lo dijo que la
única forma de romperlo era obteniendo el beso de una princesa que de él se
enamorara.
El príncipe entristecido paseaba por la laguna pensando:
¿Quién me va a besar si estoy transformado en un sapo feo y viscoso?
Pero un día, después de mucho tiempo, una bella princesa
caminaba por la orilla de la laguna juntando flores silvestres. El sapo se
arrimó y le habló. ¡La pobre casi se desmaya de un susto! Pero el sapo
enseguida le explicó:
-
Princesa, si vos me besaras yo volvería a ser un
príncipe.
-
¿Y yo que gano?, dijo la princesa.
-
Eres una mujer soltera, yo te daría mi amor,
muchos hijos y como soy muy rico podría mantenerte sin que te faltara nada.
La princesa lo pensó y dijo: la verdad es que no
quiero tener hijos, mantener me puedo mantener sola porque soy una mujer con
estudios y no necesito de un hombre que me mantenga, y rica…. Voy a ser mas
rica que vos porque tengo un
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