¡Cuándo será el día!
¡Cuándo será el día, Cuando!
Que tanto estoy esperando
Que el obrero sea dueño
Del fruto de su trabajo
El día que el carpintero
Se adueñe de la madera
El día que el campesino
Sea dueño de la siembra
¡Cuándo será el día, Cuando!
El día que tanto anhelo
Que pueda mirar tus ojos
Sin tristezas ni desvelos
Mirar para el horizonte
Sabiendo que todo es nuestro
Y saber que no hay mas hambre
En este bendito pueblo
¡Cuándo será el día, Cuando!
Que no haya mas dirigentes
Y que sólo nos gobierne
La voluntad de la gente
La voluntad de aquel pueblo
Que sabe bien lo que quiere
El pueblo que dijo ¡Basta!
Aquel 20 de diciembre
¡Cuándo será el día, Cuando!
Que mi guitarra cantora
Pueda cantarle al amor
Que siento por vos ahora
Sin sentir remordimiento
De saber que cuando canta
A un pibe lo están matando
El hambre y la ignorancia
¡Cuándo será el día, Cuando!
Que mi guitarra descanse
Y pueda cantar canciones
A al montaña, al paisaje
Cantarle a la paloma,
Al árbol y al crespín
Y cantar las boludeses
Que a veces canta Cosquín
San Isidro, enero 2004
Estabamos en Castilla en una tarde muy calurosa, el Pampa y Ventura se habían ido a despuntar un sueñito de vino tinto y yo quedé con José y Gramajo. Este, bastante herido de vino blanco rompió un largo silencio para decir: ¿sabés porqué yo tomo tanto? porque me despierto en las madrugadas pensando en lo que soy y en lo que fui, y si no me anestesio me suicido.
Sabía lo que era: el borracho del pueblo que a todos divertía tambaleándose y cantando pavadas.
No supe lo que fue, no le pregunté, sólo le escribí esta zamba
El tucumano
Tal vez una gran tristeza
Tal vez un amor perdido
Lo habrán llevado a Gramajo
A hacerse esclavo del vino
Tal vez la maldita suerte
De la muerte lo mancó
Y desde entonces el hombre
Anda prendido al alcohol
Y pensar que nos divierte
El hombre con sus desgracias
Que no teniendo alegrías
A todos nos causa gracia
Payaso sin alegrías
Que entre el dolor y la pena
Te hacés el equilibrista
Abrazado a una botella
Tal vez sea la distancia
De su Tucumán querido
Que por las noches de insomnio
Sale a convidarle un vino
San Isidro, diciembre 2004
A mi esposa nunca le interesó esta zamba
Si vos fueras

Si vos fueras barrilete
Yo quisiera ser el viento
Para llevarte hasta el cielo /
Y allí llenarte de besos /
Si vos fueras caminante
Yo quisiera ser un árbol
Darte sombra y en invierno /
Poder arder en tus brazos /
Si vos fueras el amor
Yo quiero ser eternidad
Para que este instante
No termine nunca más
Si vos fueras el amor
Yo quiero ser eternidad
Si vos fueras una cuerda
Yo quisiera ser guitarra
Y hacer vibrar entre los dos esa canción
Que nos viene haciendo falta
Si vos fueras un fusil
Yo quiero ser guerrillero
Y morir fusilado de pasión
Como muere un guerrillero
Lujan, febrero 2004
Cuando iba en el micro para Colón, en Entre Ríos de Luna de miel, se me pegó una chamarrita. Allá mi señora me regaló un requinto y a la vuelta comimos del "Canario", un uruguayo macanudísimo. A la hora de cobrarnos me dijo: "te hago precio si me compones una canción".
Desde la parrilla hasta el hotel sólo había que cruzar la plaza. pedí papel y làpiz.
No ha de ser muy bueno un verso que se compone en una cuadra, pero aquí va la
chamarrita del oriental
Hayá en la 12 de abril
me compré este requinto
después con un entrerriano
me tomé unos cuantos tintos
con un vino de por medio
esos que te hacen cantar
y una hermosa compañera
no se puede pedir mas
chamarrita del canario
parrilla del oriental
vos me pediste estos versos
y hoy te los quiero cantar
los gobiernos nos dividen
pero el sentimiento no
para un pueblo con conciencia
no hay frontera ni nación
soy peruano y argentino
soy chileno y oriental
soy latinoamericano
y viva la libertad
Chamarrita del canario...
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